martes, 20 de julio de 2010

Vivir de las desgracias

Estamos inmersos en una crisis internacional que está pasando factura a los excesos del pasado. Una crisis financiera forjada sobre la base de la especulación inmobiliaria. Atrás quedan los días donde los especuladores eran capaces de ganar millones con la compra-venta de un inmueble en cuestión de semanas. Especulación que tenía como consecuencia que los trabajadores de a pie, incrementasen su endeudamiento hasta niveles inadmisibles por su economía familiar. Especulación que incrementó la dificultad para el acceso a una vivienda digna por parte de la clase obrera. Especulación unida a la avaricia bancaria que rompió el saco y la burbuja entrando en la espiral de las hipotecas basura. Especulación y avaricia que hicieron más pobres a los pobres y más ricos a los ricos.

Encontrándonos en esta situación, en la que la crisis es global, y la peor crisis de los últimos 90 años, todos y cada uno de los gobiernos están sufriendo el desgaste que conlleva la crisis, indiferentemente del color del gobernante, verde, rojo o azul. Y como no, hay quien intenta rentabilizar políticamente esta situación. Lo vemos a nivel nacional, en el que la oposición no arrima el hombro, posición que le ha costado algún que otro tirón de orejas de sus compañeros gobernantes europeos. Pero lo vemos también a nivel regional y local, donde se reparten panfletos centrados en la política nacional, arremetiendo contra las actuaciones del gobierno de la nación, cuando a nuestro entender, la política local debería ser el eje fundamental de nuestros esfuerzos, dado que no se aspira al gobierno de la nación y si al municipal.

Nuestra preocupación es le mejora de la calidad de vida de nuestro municipio, la preocupación por dotar de más y mejores servicios a nuestros vecinos, de atender las necesidades y solicitudes que nos transmiten. Nuestra obligación es preocuparnos de nuestro municipio y nuestros vecinos, aportando nuestro granito a la lucha contra la crisis, un grano no hace granero, pero ayuda al compañero. Nuestro objetivo es claro, Seseña tiene que avanzar, si no es bueno para Seseña, no es bueno para nosotros.